
Nada arruina más un buen bronceado que esas temidas manchas o rayas que aparecen justo cuando creías que te había quedado perfecto.
Tranquila, no estás sola: la mayoría hemos pasado por ahí. Pero lo que pocos saben es que esas marcas tienen solución (y prevención).
Si sueñas con un tono parejo, dorado y natural —como recién llegada de la playa, pero sin dramas—, aquí te contamos 5 trucos infalibles para lograrlo, usando los productos correctos y aplicando algunas técnicas que harán toda la diferencia.
Prepárate, porque después de leer esto, tus bronceados nunca volverán a ser los mismos.
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Limpia y exfolia: el paso que no se puede saltar
Antes de pensar en el Autobronceador hay algo que debes hacer sí o sí: exfoliar tu piel.
Las células muertas son las culpables de que el producto se adhiera de forma dispareja y deje manchas.
Exfolia un día antes (no el mismo día) para dejar la piel suave, pero sin irritarla.
Presta especial atención a rodillas, codos, tobillos y hombros, que suelen ser las zonas donde se acumula más pigmento.
Usa Exfoliante suave. Si tu piel está seca, aplica después una capa ligera del Aceite Multibeneficios para nutrir sin dejar residuos.
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Zonas resecas: protégelas antes de aplicar
Las rayas y parches no son culpa del producto, sino de la piel deshidratada.
Cuando la piel está seca, absorbe más color en esas áreas, lo que deja manchas más oscuras o desiguales.
Antes de aplicar el bronceador, hidrata las zonas propensas a resecarse (rodillas, codos, tobillos y muñecas) con un poquito de crema.
Truco Malé: Aplica crema hidratante en esas áreas y deja que se absorba unos minutos. Actuará como una barrera natural para que el color quede parejo y sin bordes marcados.
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Tus mejores aliados: el guante y la brocha mágica
El Guante Aplicador distribuye el producto de forma uniforme, sin absorber demasiado y sin dejar líneas.
Y para esas zonas difíciles —como pies, cuello o el nacimiento del cabello— la Brocha Mágica es un salvavidas.
Cómo usarlos:
- Usa el guante para aplicar el producto con movimientos verticales amplios.
- Usa la brocha para difuminar los bordes y lograr un efecto degradado natural.
Extra tip: si vas a aplicar gotas autobronceadoras en el rostro, hazlo con la brocha y lleva el color hasta el cuello para que no se note el corte.
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Aplica con buena luz y sin afán.
El apuro y la mala luz son los enemigos silenciosos de un buen bronceado.
Aplícalo siempre con luz natural o una lámpara blanca, así podrás ver si hay zonas sin cubrir o exceso de producto.
Divide tu cuerpo por secciones (piernas, brazos, torso, espalda) y trabaja una zona a la vez, difuminando bien cada parte antes de pasar a la siguiente.
Y, muy importante: no te vistas inmediatamente. Deja que el producto se seque completamente antes de ponerte la ropa.
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El secreto post bronceado: humectar
Una vez que tu color esté listo, comienza la verdadera magia: mantenerlo parejo y duradero.
El cuidado después de broncearte es igual de importante que la aplicación.
Evita ducharte o sudar durante las primeras 6 horas si usas Autobronceador, y cuando ya haya hecho efecto, humecta la piel todos los días.
Truco Malé: El Aceite Multibeneficios es tu mejor aliado. Además de sellar el color, deja la piel brillante, suave y con ese glow que hace ver el bronceado más natural.
Evita exfoliarte los primeros días y seca tu piel con toquecitos suaves, no tallando con la toalla.
Así el tono se desvanecerá poco a poco y sin parches.
Bonus: tu checklist del bronceado perfecto ✅
Antes de empezar, asegúrate de tener todo a la mano:
- Exfoliante corporal o guante.
- Crema hidratante ligera
- Guante Aplicador Malé.
- Brocha Mágica.









