EXFOLIAR Y HUMECTAR: 2 pasos importantes para tu rutina.
Ambos pasos tienen beneficios significativos para mantener la piel sana y radiante y ¿Por qué es crucial hacerlo? Porque exfoliar la piel es el proceso de eliminar las células muertas de la capa superficial de la piel lo que mejora la apariencia y textura de la misma. A medida que envejecemos, el proceso de renovación celular se vuelve más lento, por lo tanto hacerlo ayuda a eliminar dichas células dejando la piel más suave y con un aspecto más luminoso manteniendo una piel fresca y joven.
La exfoliación también ayuda a mejorar la textura de la piel, ya que estimula la producción de colágeno y elastina, dos proteínas claves responsables de mantener la piel firme y elástica. Asimismo, puede ayudar a reducir la apariencia de manchas oscuras y cicatrices de acné, ya que promueve la regeneración celular y la cicatrización.
¿Por qué exfoliar tu piel?
Además de los beneficios estéticos, al eliminar las células anteriormente nombradas, se desbloquean los poros y se reducen las posibilidades de desarrollar brotes de acné. Otra de las caracteristas de exfoliar, es que también permite una mejor absorción de los productos para el cuidado de la piel, como lo es el Aceite de Almendras lo que ayuda a maximizar sus beneficios.
Además de los beneficios estéticos, al eliminar las células anteriormente nombradas, se desbloquean los poros y se reducen las posibilidades de desarrollar brotes de acné. Otra de las caracteristas de exfoliar, es que también permite una mejor absorción de los productos para el cuidado de la piel, como lo es el Aceite de Almendras lo que ayuda a maximizar sus beneficios.
¿Por qué humectar tu piel?
Una vez que hemos exfoliado la piel, es fundamental humectarla adecuadamente ya que se restaura la barrera protectora de la piel, se retiene la humedad y se promueve una apariencia radiante. La humectación es una parte esencial de cualquier rutina de cuidado de la piel, porque ayuda a prevenir y tratar la sequedad. La piel deshidratada puede volverse áspera, tirante y propensa a las arrugas.
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Además, la hidratación adecuada puede ayudar a equilibrar la producción de sebo, evitando que la piel se vuelva demasiado grasa o demasiado seca. Es importante mencionar que el tipo de exfoliante y aceites humectantes que uses, deben estar formulados con ingredientes suaves, naturales y efectivos.
La exfoliación debe hacerse con responsabilidad. Si tu piel es grasa o mixta, recomendamos exfoliar una vez a la semana. Si tu piel es normal o seca, sugerimos hacerlo cada 10 o 15 días, ya que un exceso de exfoliación puede irritar y dañar la piel. Por esto, es de vital importancia respetar el tiempo según cada tipo de piel. No olvides que debemos cuidarnos también desde adentro y tomar agua a diario para la hidratación y salud de la piel. Esta también ayudará a mantenerla suave, flexible, libre de impurezas y con una apariencia radiante.
Si estas en embarazo o en un proceso de cambio de peso, exfoliar y humectar, evitará que aparezcan las estrías.
En conclusión, exfoliar 1 o 2 veces a la semana dependiendo del tipo de tu piel y humectar la piel todos los días tiene numerosos beneficios para mantenerla saludable y radiante. La exfoliación estimula la producción de colágeno, mientras que la humectación restaura la barrera protectora de la piel y previene la sequedad. ¡Así que no olvides incluir estos dos pasos en tu rutina diaria de cuidado de la piel para conseguir una piel hermosa y luminosa!
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Ten encuenta que la humectación después del bronceado es esencial para mantener una piel suave y radiante, restaura a la piel su nivel de humedad y previene la sequedad.
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